El tratamiento con psicofármacos siempre ha creado movimientos y opiniones muy distantes. Desde un extremo donde existe desconfianza y reticencia por los efectos a largo plazo hasta el otro extremo que piensa que es la panacea.
Los fármacos tienen virtudes e indicaciones y contraindicaciones e inconvenientes.
La psiquiatría infantil ha permitido diagnosticar trastornos psiquiátricos en niños y adolescentes. Este avance ha llevado a necesitar tratamientos más eficaces que mejoren el pronóstico a largo plazo.
La administración de psicofármacos en edad infantil crea reticencia, el tratamiento debe estar ajustado a las características del trastorno a tratar y del niño que recibe el tratamiento encontrando la dosis óptima*.
Existe una gran dificultad que frena el avance en la mejora de fármacos para niños. La ética, no parece moral hacer estudios con menores. Tendemos a sobreproteger a los niños en este sentido sin tener en cuenta que frenamos la creación de medicamentos más eficaces.
Tenemos que tener en cuenta que el niño no es un adulto en miniatura, no basta con disminuir las dosis. Entran en juegos factores como la farmacocinética* y farmacodinamia*. No se tolera de igual modo los fármacos en un niño que en un adulto, ni se absorben de la misma manera.
La psicoterapia y los psicofármacos van normalmente de la mano. En ambos casos debe adaptarse a las características y necesidades del niño o adolescente, de igual modo debe ser revisable y modificada si fuese preciso.
Es necesario el compromiso de cumplimiento del tratamiento. Si deja de tomarse o se saltan dosis pueden tener consecuencias nefastas. Tanto la familia como el paciente deben estar informados por los especialistas.
No todos los tratamientos son efectivos incluso pueden surgir inconvenientes.
Siempre controvertido el tema de los psicofármacos, a veces con posicionamientos inamovibles y radicales. Debemos ser compresivos y tolerantes con los padres que entienden que están drogando a sus hijos y hacerles ver que no siempre es necesaria la medicación, pero llegado el caso son fármacos muy controlados que no puede usar cualquiera. Se hace necesario sopesar los pros y los contras, existen trastornos en los que la medicación es esencial y otros en los que la psicoterapia juega un papel primordial.
Para terminar destacar la necesidad de seguir avanzando en el campo de los psicofármacos infantiles para ofrecer tratamientos muchos más adaptados a niños y adolescentes que los necesiten.
- Dosis óptima: la mínima con la que se encuentra mejoría.
- Farmacocinética: estudia el curso temporal de las concentraciones de los fármacos en el organismo y construye modelos para valorar o predecir la acción terapéutica o tóxica de un fármaco.
- Farmacodinamia: estudia los mecanismos de acción de los fármacos y los efectos bioquímicos/fisiológicos que estos producen en el organismo.